¿CÓMO INICIO UN PROYECTO ESCOLAR?

PUNTOS DE PARTIDA PARA LA ELABORACIÓN DEL PROYECTO ESCOLAR
Por:
Lic. Miguel Rivera López


Si bien es conocido que en cada escuela existen condiciones particulares que pueden favorecer u obstaculizar el diseño y puesta en práctica del proyecto escolar, hay ciertas condiciones mínimas para lograr que esta propuesta sea exitosa. Las más importantes se mencionan enseguida.


Un proyecto escolar, como se ha dicho antes, es un medio para solucionar el o los principales problemas que una escuela enfrenta para lograr los propósitos educativos; por esta razón, es importante que todos los docentes de una institución conozcan el conjunto del plan y no sólo los programas del grado que atienden, analicen los propósitos básicos de toda la currícula e identifiquen lo que el trabajo en cada grado puede aportar.


Para ello, un requisito fundamental para establecer los objetivos, estrategias y actividades del proyecto escolar, es el estudio colectivo y orientado del plan y programas de estudio, así como de los materiales de apoyo a la labor docente y los materiales para los alumnos. Este primer paso en la elaboración del proyecto puede realizarse en trabajo por grado y en conjunto, pues el conocimiento de la secuencia de los contenidos permitirá acordar estrategias generales de enseñanza que den continuidad al aprendizaje. Sólo con esta base es posible plantear estrategias específicas para el trabajo con los distintos grados.


La claridad sobre los problemas que la escuela enfrenta es otra de las condiciones mínimas para el éxito de un proyecto escolar. De ahí la necesidad de determinar de manera confiable el punto de partida de la escuela –en cuanto al grupo docente y alumnos-, para establecer las estrategias que permitan lograr el nivel deseado en los resultados educativos.



Como se ha mencionado anteriormente, el proyecto escolar es la expresión del compromiso conjunto del grupo de maestros. Por ello debe ser elaborado y desarrollado por todos los maestros de una escuela bajo la coordinación del director o de una comisión del personal docente. El hecho de que el o los coordinadores organicen la discusión y guíen al grupo para la toma de acuerdos. De ninguna manera significa que asuman la elaboración y ejecución del proyecto escolar ellos solos.





El trabajo conjunto no se traduce en que todos realicen cada una de las actividades planeadas, la participación significa tomar decisiones colectivas que orienten las acciones individuales. Estas decisiones colectivas involucran a cada maestro de manera diferente, en función del papel específico que se desempeñe, de su interés y del grado que atiende, es decir, de su ámbito de competencia.


La participación de las familias debe definirse según el tipo de relación que cada escuela ha establecido con ellos, en algunos casos será posible que colaboren activamente desde el principio y en otros será necesario realizar un trabajo de convencimiento. Como quiera que sea, deberán de estar informados oportunamente de la realización del proyecto y de los logros que se obtengan.


Conviene tener siempre presente que la participación en el proyecto escolar no puede forzarse, aunque las actividades que se realicen sí deben mostrar que todos pueden aprender cosas de todos, para que poco a poco se venzan las resistencias y se construya una nueva forma de relación entre los miembros de cada escuela.


En este contexto, el Consejo Técnico y las academias tienen un papel muy importante en la elaboración y desarrollo del proyecto escolar, puesto que en ese espacio donde se comparte información, se distribuyen tareas –es decir, se decide en qué momento y en qué formas participa cada miembro de la escuela-, se establecen compromisos y calendarios y se evalúan las actividades realizadas. De esta manera, el Consejo Técnico y la academia se convierte en un órgano de reflexión y de toma de decisiones sobre aspectos pedagógicos.


Por supuesto, no se propone que el Consejo Técnico y las academias se concentren sólo en la atención de las actividades relacionadas con el proyecto escolar. Sin embargo, en la medida en que este instrumento logre articular, efectivamente, las tareas pedagógicas de la escuela, el Consejo Técnico y la academia se convertirá en el espacio para comentar el trabajo en equipo.